18 de octubre de 2010

Caricias

caricia2La caricia necesita de la ocasión, del lugar y fundamentalmente de la persona que nos corresponda. No fuerces los momentos de caricias. Permítete disfrutar y sobre todo relajarte para poder lograr que la naturalidad pueda desplegarse.
La abundante anatomía humana brinda a las parejas la oportunidad de una exploración mutua, el tacto es nuestro maravilloso aliado, nos permite anticiparnos al conocimiento pleno del cuerpo deseado.
Acaricia y déjate acariciar no olvides que la suavidad es esencial. Las piernas son un buen lugar para comenzar algo... caricia3

Rodear con nuestros brazos el cuerpo del ser amado expresa un deseo de contenerlo y cobijarlo que nos vuelve confiables y cálidos. El abrazo es muy apreciado si se brinda de manera amorosa y no como lo haría un oso hambriento.

Manifiesta tu placer y alienta a que lo haga tu amante. Un susurro basta para señalar el  camino para disfrutar de un placer compartido. No olvides que los silencios oportunos dicen más que mil palabras.
El acercamiento es la ocasión que tienen los amantes de compartir nuevas sensaciones, si los aprovechan se estarán regalando el anticipo de un  encuentro sexual desinhibido y pleno.

Cosquillitas sensuales y estimulantes. Pasea la mano, suavemente, por el hombro de tu amante y estimúlalo sin límites.
Las caricias en la cara son una transmisión directa de amor y ternura. Pasar las manos por la cara de tu compañera/o es como estar diciéndole: "te quiero".


En esta etapa previa, el beso se circunscribe a la zonas expuesta y conocidas.
susurro
Susurrarle cosas al oído. Dibuja con tus dedos sobre su espalda todo tipo de caricias. Juega a las adivinanzas: "¿qué es lo que más me excita de tí?" . Hazle una declaración de goce y placer, claro la idea es que juegues con tu amante y descubran juntos cuáles son las caricias que más disfrutan. El cuello, las orejas y la nuca son sitios que no pueden quedar afuera de un encuentro único e irrepetible
EL ARTE DE ACARICIAR

Es muy importante aprender a acariciarse y a dejarse acariciar. No se debe concentrar únicamente en las zonas erógenas comunes, ya que su piel está compuesta de una infinidad de puntos sensibles que debes descubrir día tras día. caricia1
Acariciar suavemente con tus labios y tu lengua  las orejas, continuando por el cuello, alrededor de su boca, la nariz y sus mejillas. Continúa por su pecho, siguiendo lentamente sus curvas. Párete en los pezones, no tienes prisa, detente y matalo chupándo y lamiéndolos con dulzura. Siga deslizando sus labios por la espalda, los costados, el vientre, la zona anal, la zona interna, los muslos, la parte trasera de las rodillas, el ombligo, los pies, etc...

También es importante morder de vez en cuando todas las zonas descritas anteriormente pero siempre con mucha delicadeza y observando la reacción de tu pareja.  Muchas personas disfrutan de estos mordiscos incluso durante el acto sexual.
La estimulación por pellizcos es muy gratificante y se debe realizar a través de gestos breves y simples, por todo el cuerpo de la pareja. Normalmente se utilizan los dedos pulgar e índice de la mano, aunque también es posible realizarlos con los labios. En ambos casos hay que ser extremadamente delicado en su ejecución para así obtener el efecto de excitación deseado.

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